El analista enfatizó que al gobierno federal le molesta mucho el término de narcoterrorismo, pero es lo que ocurrió
Irapuato.— David Saucedo, especialista en seguridad, calificó como “acto de narcoterrorismo” el atentado contra civiles durante las fiestas patronales de San Juan, ejecutado por la delincuencia organizada para “calentar la plaza” en Irapuato.
Difirió de la valoración sobre el hecho de la presidenta Claudia Sheinbaum, al señalar que no hubo un enfrentamiento. “Fue un grupo de sicarios que llegaron a masacrar a asistentes a un festejo. No hubo un intercambio de disparos, no hubo un cruce, no repelieron la agresión, no fue un enfrentamiento, fue una masacre, fue una carnicería”.
Dijo que cuesta trabajo entender que hay un menor de edad asesinado y además que un niño recibió un disparo en un ojo; “no veo cómo un menor de edad pudiera representar una amenaza para un grupo criminal”.
El analista enfatizó que al gobierno federal le molesta mucho el término de narcoterrorismo, pero es lo que ocurrió.
Destacó que, de acuerdo con las versiones que han circulado de parte de familiares y amigos de los fallecidos, ninguno tenía antecedentes o vínculos criminales; eran personas totalmente ajenas a la actividad delictiva.
Disputa entre cárteles
Saucedo explicó que esa masacre, que causó la muerte de 12 personas y heridas a más de 20, se da en el contexto de la disputa, que lleva años, entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL). El municipio de Irapuato se lo disputan esas dos organizaciones criminales, enfatizó.
El CJNG mantiene el control de Irapuato desde hace tiempo, a pesar de que en esa ciudad existe una de las zonas militares más grandes del país. Dijo que Barrio Nuevo es una de las colonias más peligrosas, pese a su cercanía con la base del Ejército.
“Esta colonia está bajo el control del Cártel Jalisco, lo que me hace suponer que fue el Cártel de Santa Rosa el que cometió el ataque, ya sea en venganza contra alguna estructura rival del narcotráfico o bien para ‘calentar la plaza’; es decir, atraer la presencia de fuerzas estatales y federales a esta zona y que dejen descubiertas otras”.
Agregó que, aunque no hay ningún grupo criminal que se haya atribuido la autoría, el modus operandi corresponde a lo que han hecho en el pasado las células del CSRL.
Recordó que el mismo perfil criminal se observó en el ataque contra siete jóvenes en la festividad religiosa por el Día de las Madres en el municipio de San Felipe, el 19 de mayo, asesinados en la plaza principal de la comunidad San Bartolo de Berrios.
“Está ocurriendo este mismo patrón de ataques, el Cártel de Santa Rosa de Lima está lanzando ataques de comando en contra de la población civil, justamente en fiestas religiosas, eventos familiares”, apuntó.
El analista afirmó que estas masacres buscan provocar un impacto mediático para obligar a las autoridades a concentrar efectivos en la zona y dejar descubiertas otras; también intentan minar la actividad criminal del grupo opositor.
