Una de las mayores tentaciones que tienen los regímenes autoritarios es adueñarse de los contrapesos para silenciar a quienes alzan la voz, a quienes piden explicaciones, corriendo mayor riesgo aún, aquellos que investigan o hacen públicos los excesos del poder. Por ello, han sido años críticos para el periodismo en nuestro país, ya que este régimen no se ha cansado de estigmatizar la labor de quienes ejercen la libertad de expresión.
La libertad de información y de expresión son derechos humanos ampliamente reconocidos en las leyes nacionales y en los tratados internacionales de los que México es parte. Son pilares fundamentales de la democracia. Lamentablemente, están en peligro constante porque el oficialismo busca -de todas las formas posibles-, silenciar lo que le incomoda.

El régimen ya se adueñó del Poder Legislativo y del Poder Judicial; incluso destruyó los organismos autónomos. Ahora, la prensa, los periodistas y en general, los medios de comunicación son quienes proporcionan equilibrio a la vida pública de nuestro país. El periodismo, especialmente el de investigación, sirve como contraloría ciudadana, esto es que, gracias a sus indagatorias, se han hecho públicos escándalos como las casas de Bartlett, el compadrazgo en las adjudicaciones, los vínculos con el crimen organizado, e incluso, se ha exhibido a abusadores y acosadores sexuales, así como a quienes desvían recursos públicos.
¿Recuerdan la frase: “prohibido prohibir”? Esas palabras que tanto le encantaba pregonar a este régimen se han convertido en historia. En Morena, están intentando silenciar a los periodistas, a todo aquél que pretenda hacerles frente. Dejan al descubierto su intención de regresar a los tiempos virreinales, cuando los diarios tenían un revisor nombrado por el virrey y era quien aprobaba todo lo publicado, censurando -en muchas ocasiones- los contenidos.
Es de destacar que la semana entrante será crucial en el Congreso mexicano, se tiene contemplado llevar a cabo un periodo extraordinario de sesiones, del 23 de junio al 02 de julio, en el que se discutirá, entre otros temas, la nueva ley de telecomunicaciones, comúnmente conocida como “ley censura”, con la que el régimen pretende bloquear las opiniones en su contra.
Públicamente se ha dicho que se modificará el dictamen para eliminar aspectos que violan el derecho a la libertad de expresión, sin embargo, el riesgo sigue latente, ya que hoy, no se cuenta con un documento oficial que contenga las modificaciones anunciadas.
Según estándares internacionales, los servidores públicos deben tener un mayor grado de tolerancia al escrutinio público, ojalá y eso se entienda en México para no violar derechos fundamentales de usuarios de redes sociales como Facebook, Instagram, X, YouTube, así como de periodistas, analistas, investigadores y más.
El pilón:
Cada día, el desaseo de la elección judicial es más evidente. Los consejeros del INE hicieron públicas diversas anomalías como que, en algunas casillas, se obtuvieron más votos que electores, en otras hubo boletas prellenadas con la misma letra, y en otras más, las boletas no tenían ni dobleces.
Queda claro que esta elección fue una farsa del régimen para adueñarse del Poder Judicial, tanto así que los Comités de Evaluación no revisaron ni los promedios académicos de los candidatos.
Diputada federal
@kenialopezr
(El Universal)