LA MÍSTICA REENCONTRADA, HADEWIJCH DE AMBERES
Cuatro manuscritos. Es lo único que nos ha llegado de una mujer holandesa llamada Hadewijch. En uno de ellos se la nombra como “Bienaventurada Hadewijch de Amberes”1. Su ubicación geográfica es de lo poco que ha quedado de la vida de esta mujer que escribió bellos poemas ensalzando el Amor de Dios, visiones místicas y cartas de consejo para algunas de sus pupilas.
Una vida olvidada
Hadewijch de Amberes fue una mujer que vivió en el siglo XIII en Holanda. A pesar de que ni ella ni nadie escribieron acerca de su vida, su obra nos puede dar algunas pistas de quién fue esta mística y poeta medieval.
Por su alto conocimiento del latín, de la prosodia, la retórica y el arte epistolar, así como por las constantes palabras relacionadas con el mundo cortesano, nos indican que Hadewijch podría haber sido una mujer de alta cuna, pues sólo algunas damas nobles podían acceder a la cultura.
La obra de Hadewijch también demuestra un elevado conocimiento del pensamiento religioso católico. Ricardo de San Víctor o Guillermo de Saint-Thierry están presentes en las páginas de sus manuscritos.
Algunas de sus cartas están plagadas de consejos dirigidos a mujeres a las que cita con fórmulas como “querida hija”. Esto hace pensar que Hadewijch podría haber formado parte de un grupo no organizado de beguinas y que no fue una monja, como en algún momento se pensó, pues nunca alude a la vida en los muros de ningún convento.
Una obra inmortal
Poemas, visiones y cartas conforman la producción literaria de Hadewijch de Amberes, escrita mayoritariamente en neerlandés medio. En sus poemas, más de 60, ensalza el Amor místico de Dios. Hadewijch personifica el Amor en una persona y lo incorpora al lenguaje trovadoresco y caballeresco de su época. En versos largos y cortos, Hadewijch plasma la intensidad y emoción del Amor que siente por Dios:
En el tiempo de mi juventud,
Cuando por primera vez probé sus armas,
El amor me hizo admirar gran festín de promesas,
Su bondad, su saber, su fuerza, su riqueza.
Con sus visiones, Hadewijch se une al grupo de mujeres místicas medievales que experimentaron éxtasis y otros fenómenos paranormales relacionados con su profunda fe:
Una noche de Navidad, mientras estaba acostada, enferma, fui elevada en espíritu.
De las 31 cartas que se conservan de Hadewijch, unas son tratados de vida espiritual y otras son misivas dirigidas a otras mujeres sobre las que podría haber ejercido cierta autoridad.
Una autora despertada del olvido
Cuando Hadewijch de Amberes murió, su obra cayó en el olvido. Un siglo después, Jan van Ruusbroec, teólogo considerado uno de los principales representantes de la mística medieval, la citó y recordó. Pero volvió de nuevo al silencio de la historia hasta que en el siglo XIX fue de nuevo descubierta.