Entre 2016 y 2021, la población cristiana de Siria disminuyó del 6,31% al 3,84%, según el Informe 2023 de AIN sobre la libertad religiosa en el mundo.
Amy Balog
(ZENIT Noticias / Beirut).- Los desesperados cristianos de Siria y Líbano «ya no tienen confianza en su país» y «no hay luz al final del túnel», según un Patriarca católico.
Los cristianos de Oriente Próximo están optando por abandonar su patria a pesar de que la Iglesia les anima a permanecer en ella, ha declarado el Patriarca greco-católico melquita Youssef Absi a la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
Entre 2016 y 2021, la población cristiana de Siria disminuyó del 6,31% al 3,84%, según el Informe 2023 de AIN sobre la libertad religiosa en el mundo.
El Patriarca Absi dijo que cada vez es más difícil dar esperanza a los cristianos en Siria y Líbano, donde vive la mayoría de sus fieles, y los jóvenes son particularmente propensos a marcharse.
Explicó: «Siempre ha habido oleadas de emigración. Hoy en día es una mezcla de razones económicas, sociales y políticas».
Los últimos seis años del Patriarca han sido un periodo difícil, con la guerra civil en Siria, la pandemia y las extremas dificultades económicas tanto en Siria como en Líbano. Dijo que la serie de acontecimientos negativos «nos han impedido llevar a cabo nuestros proyectos con mayor rapidez». El Patriarca añadió que los fieles «están desesperados» y «ya no tienen confianza en su país. Por eso se marchan. Hicimos mucho al principio para que se quedaran en el país, pero la situación no ha mejorado.Seguimos haciendo todo lo posible para ayudar a nuestros fieles, para proporcionarles servicios esenciales. Pero no podemos sustituir a los gobiernos. No hay luz al final del túnel, no vemos una solución a corto plazo. Sin apoyo no podemos convencerles de que se queden».
El Patriarca afirmó que la situación en Siria podría mejorar si Occidente levantara las sanciones que están afectando negativamente a la población civil.
Se hizo eco del llamamiento realizado por otros líderes cristianos de Oriente Medio en julio, explicando: «Creo que nuestros amigos pueden presionar de un modo u otro a sus gobiernos, y a veces incluso a los líderes religiosos, para que ayuden en este sentido o para que se levanten las sanciones». Y añadió: «Hemos observado que AIN ha duplicado, y a veces triplicado, su ayuda durante la última década. Los resultados son claramente visibles, y se lo agradecemos de todo corazón. Vemos que realmente quieren estar presentes en Siria y Líbano, de una manera especial. No es sólo la ayuda financiera o económica, es el espíritu con el que trabajan [AIN], la generosidad, el amor, la sonrisa».
Y concluyó: «Damos gracias a Dios por habernos enviado hermanos y hermanas de tal calibre, que son cristianos comprometidos».