Tras ser liberada por criminales, Yolanda Sánchez deja en claro que no teme, que confía en su policía y que le gustaría seguir al frente de ese municipio, pero aclara que aún no lo ha decidido
Cotija, Michoacán.- Las campanas de la Parroquia de Nuestra Señora de Popolo anunciaban las 6 de la mañana, cuando iniciaba un nuevo día para la alcaldesa de Cotija, Michoacán, Yolanda Sánchez Figueroa, quien cumplía 24 horas de ser liberada por un grupo criminal que la tuvo en cautiverio por casi tres días, en Zapopan, Jalisco.
Su aspecto era de fortaleza, aunque “todavía no asimilo lo que pasó”, confiesa la presidenta municipal, emanada del Partido Acción Nacional.
Yolanda Sánchez sale de su casa y camina hacia la presidencia municipal, luego de platicar con sus hijos, con quienes dice, se siente culpable de lo que vivieron.
“Ellos no tuvieron que pasar por este infierno, pero al ser yo la presidenta municipal a la que se llevaron. Sí. Sí me siento culpable”, dice la gobernante, con voz entrecortada.
Yolanda Sánchez, recorre a paso lento las principales calles del primer cuadro de ese municipio ubicado en los límites de Michoacán y Jalisco.
Narra para EL UNIVERSAL, que en todo momento sintió miedo, al escuchar murmullos, movimientos o al haber silencios de sus captores, quienes la vendaron y esposaron.
La abogada de profesión llega a la esquina de la plaza principal, ubicada a una cuadra de la presidencia municipal y se frena. Guarda silencio y da unos pasos atrás.
“Se detuvo esta camioneta y volví a sentir temor, porque de momento creí que eran otra vez ellos (criminales). Ya estoy cayendo a la realidad conforme pasan las horas”, suelta la presidenta municipal, durante el recorrido.
Retoma la plática y cuenta que la célula delictiva la llevó a dos casas de seguridad. En la segunda, le avisaron que iba a platicar con dos “de los jefes” y así ocurrió, afirma.
Sánchez Figueroa no da detalles de lo que esas personas le demandaron, ya que considera que eso pone más en riesgo su vida y la de su familia.
“Pero eran cosas que no dependían de mi cargo o de mi autonomía, Eso ya lo tiene la Fiscalía, con la que me entrevisté y no puedo decir más”, argumenta.
Una vez más es interrumpida la charla con este medio de comunicación, pues al pisar los adoquinados cuadros de la plaza principal, los habitantes la abordan para abrazarla.
“Es mujer, hermano; una súper mujer. Es una fortuna aquí en Cotija, tener a una dama como ella; es una muy buena persona”, dice con lágrimas en los ojos, un poblador.
La lluvia de muestras de apoyo, solidaridad y euforia, por verla de regreso, no cesaron durante más de una hora, hacia la alcaldesa.
“Nos dio mucho gusto, porque al final de cuentas, la conocemos desde siempre y es de muy buena familia, entonces, pues sí nos dio gusto que haya regresado, por su familia, por ella y que bueno que ya está aquí”, suelta, Araceli Espinosa, una ama de casa.
Yolanda Sánchez Figueroa, camina un poco y decide entrar a la iglesia principal del pueblo, donde agradece estar con vida y las oraciones de la población.
Cinco minutos bastaron y su destino es su oficina, en el Palacio Municipal, no sin antes, contemplar el colorido adorno de las calles, donde señala enfática que “Volví a nacer”.
Revela, que el trato de sus plagiarios fue bueno: Así: bueno. Le preguntaban incluso que quería para comer o de beber, lo cual le dio momentos de esperanza, entre el miedo.
“Siempre estaba de la mano con alguna de las personas que me cuidaban, siempre mujeres, sí había hombres, pero quienes me cuidaban eran mujeres, siempre de la mano, dándome fortaleza, ‘piense que pronto va a salir’, ‘piense en sus hijos y yo espero primeramente Dios de que salga bien’. Siempre había esa esperanza; nunca esa luz dejó de existir”, narra la mujer, quien no da tregua todavía de lo ocurrido.
El semblante de Yolanda Sánchez cambia, cuando es cuestionada sobre el motivo por el que considera que la organización criminal decidió dejarla en libertad.
“En realidad no. Lo único que yo escuché, es que ellos (criminales) comentaban que había mucha presión y que había muchísimo apoyo de la ciudadanía y del pueblo en general, del presidente de la República, de nuestro gobernador, de toda la gente del PAN; de todo nuestro país, y yo pienso que se vieron rebasados por tanto apoyo, de la gente cansada de tantas situaciones que se están viviendo en el país. Entonces, yo supongo que eso fue lo que pudo haber sucedido”.
Explica que el lunes en la noche, estaba a punto de dormir, cuando escuchó que le llamaron por teléfono a quienes estaban en la casa de seguridad. Citaban a los jefes.
“Entra el encargado de ese grupo que estaba ahí y me dijo: ‘jefa ¿qué cree?, que ya se va. Prepare sus cosas y para eso me compraron ropa para estarme cambiando’”.
“Me suben a un vehículo; eran cuatro personas; una a mi derecha, otra a mi izquierda, el chofer y el copiloto y me trasladan a mi municipio”, relata.
Expone que incluso ella les tuvo que decir por donde tomarán la ruta, porque se habían perdido.
La dejan sobre la carretera cerca de las 4 de la mañana del martes, toma un autobús de pasajeros, pide un teléfono prestado, se comunica con su director de SP y junto con Ejército Mexicano, la resguardan y trasladan a su casa.
A pregunta expresa, la presidenta municipal, informa que la seguridad en Cotija ha sido reforzada por el Ejército Mexicano y que pronto traerá ya un esquema de escoltas.
“Lo único que estamos revisando con mi director de Seguridad Pública, es eso, porque yo quiero personas que conozca, las que se hagan cargo de mi protección.
Camino a su despacho deja en claro que no tiene miedo; confía en su Policía y que sí le gustaría continuar al frente de ese municipio, fuertemente resguardado.
Pero sostiene, que todavía no ha tomado una decisión si seguirá en el cargo: “Hasta que no se tome una determinación diferente, pero, o sea, yo sí quiero continuar, pero lo tendré que hablar con mis hijos y llegar a acuerdos y que ellos se sientan seguros y que sientan que yo estoy segura. Pero no. No tengo miedo”, remata Yolanda Sánchez.