A veces, el mayor obstáculo para alcanzar unas finanzas sólidas es uno mismo. Quizá no te des cuenta, pero hasta tus hábitos de consumo más insignificantes impactan sobre tu bolsillo, y es aquí donde entran los famosos gastos hormiga.
Con estas palabras coloquiales se designa a todas aquellas compras por sumas relativamente bajas y aparentemente irrelevantes, pero que debes considerar entre tus gastos para comprender tu propia situación financiera.
¿Has visto cómo las hormigas trabajan en equipo y así pueden mover cargas enormes? ¿O qué tal cuando juntas construyen un hormiguero digno del mejor arquitecto? Justo así funcionan estos gastos, pues son pequeños y difíciles de detectar, pero al unirse tienen un gran impacto.
Por ejemplo, un gasto hormiga puede ser ese café que tomaste con prisa antes de entrar al trabajo, unas papas fritas en tu tienda de conveniencia favorita, o hasta unos chicles.
También pedir un auto de aplicación para volver a casa, reparaciones del hogar, comidas con tus amigos, así como objetos que adquieres de forma impulsiva tienen un impacto a largo plazo en tu economía.
Aquí cabe preguntarse: ¿debes eliminar todos tus gastos hormiga? ¡Por supuesto que no! El dinero es una herramienta que sirve para disfrutar de una mejor vida, y si te alegran tus bebidas matutinas, no hay motivo para abandonarlas.
Pero te conviene considerar cuáles de estos productos y servicios te resultan indispensables, aquellos que te aportan algo cada día, o bien de cuáles podrías deshacerte a fin de ocupar ese dinero de manera inteligente.
¿Qué son los gastos vampiro y fantasma?
Puede que también hayas escuchado hablar de los «gastos vampiro» y los «gastos fantasma». Al ser términos coloquiales, las definiciones pueden variar según la persona que los utilice, pero todos se refieren a costos que van minando tu bolsillo.
Generalmente, escucharás que un gasto vampiro ocurre de forma periódica y «chupa» tus recursos, por ejemplo, cada mes. Aquí puede entrar la suscripción para algún servicio de streaming donde consumas música y video.
Mientras que un gasto fantasma es aquel que ni siquiera notas, bien porque ya te resulta habitual o quizá porque se realiza un cargo de forma automática a tu tarjeta.
Tal vez disfrutes mucho algunos de estos servicios; si es así, no es ningún gasto innecesario… Pero si llevas varios meses sin utilizar algo por lo que pagas de forma recurrente, es tiempo de considerar si aún lo requieres.
¿Cómo eliminar los gastos hormiga?
La respuesta es simple: armar un presupuesto. Para ello, puedes llevar contigo una libreta durante algunos días y anotar absolutamente todas las cosas que compres, así como su precio.
Así sabrás en qué se te va el dinero, y luego puedes considerar tus ingresos, ya sea de forma semanal, quincenal o mensual, para planear qué harás con tu dinero e incluso destinar un monto específico a los gastos hormiga, pero con un límite que tengas claro.
Tan solo piénsalo: si una bolsa de papas te cuesta unos 20 pesos y compras cuatro a la semana, al mes habrás gastado más de 300 pesos en frituras. Y de nuevo, quizá las disfrutes y desees conservar este gasto, pero vale la pena evaluarlo con la mente fría para ser consciente y tomar el control de tus finanzas.
Consejos adicionales para eliminar los gastos hormiga
1. Procura actualizar tu presupuesto periódicamente, ya que tu estilo de vida puede cambiar después de un tiempo, además de que tus ingresos, así como los costos de productos y servicios, también varían constantemente.
2. Establece algún mecanismo de ahorro automático. Esto puedes realizarlo cada mes en aplicaciones que te permitan invertir tu dinero, desde los Cetes hasta otras opciones que puedes consultar con un asesor financiero.
De este modo, el monto estará resguardado y no podrás gastarlo en objetos innecesarios, por muy tentador que sea.
3. ¡Invierte en ti! Una de las mejores decisiones financieras es informarte y aprender constantemente, incluidas aquellas que te ayuden a administrar tu dinero. Esto te ayudará a tomar decisiones más inteligentes.