El nombramiento se produce poco después de que el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Unidad de los Cristianos, confesara que la Declaración Fiducia Supplicans habría causado un malestar también entre el mundo ortodoxo.
(ZENIT Noticias / Roma).– El martes 23 de enero el Papa nombró miembro del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el área de la Santa Sede que se ocupa del diálogo con los cristianos no católicos, al cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
El nombramiento se produce poco después de que el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Unidad de los Cristianos, confesara que la Declaración Fiducia Supplicans habría causado un malestar también entre el mundo ortodoxo.
En una entrevista con los medios del Vaticano, el cardenal Koch fue interrogado sobre la posibilidad de dar la comunión a no católicos a la luz de Fiducia Supplicans. A lo que respondió el prefecto del Dicasterio para la Unidad de los Cristianos:
Bueno, en primer lugar, estoy recibiendo algunas reacciones negativas del mundo ecuménico sobre ‘Fiducia supplicans’; tenemos la reunión plenaria de los ortodoxos orientales aquí en Roma la semana que viene, y ya han anunciado que pueden hablar de estos temas. Creo que tenemos que replantearnos esto en el diálogo ecuménico: ¿Qué es la bendición y cuál es la relación entre doctrina y pastoral? Estas cuestiones se han agudizado de nuevo, y tenemos que hablar de ellas. Por eso, creo que no es oportuno trasladarlas a la cuestión de la comunión eucarística.
La entrevista realizada a Koch, cardenal suizo, se produjo en el contexto de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. La declaración va en la línea de lo públicamente afirmado por quien llegó a ser el número dos de la iglesia ortodoxa rusa, Hilarión.
El ahora metropolita ortodoxo de Budapest dijo en una entrevista, tras la publicación de Fiducia Supplicans, a The American Conservative: “Si somos realistas, ya no podemos esperar una futura unidad entre ortodoxos y católicos. Estas medidas obviamente no nos acercarán, sino que crearán nuevas líneas de separación”.
Es razonable pensar que esta inclusión del cardenal Fernández vaya en la línea de que pueda conocer mejor la sensibilidad de un amplio sector del cristianismo mundial con el que no está familiarizado y ese enriquecimiento redunde en bien del Dicasterio que preside.