Primera de dos Partes
Frei Betto, Op
Brasil
En los evangelios Jesús nos enseña a estar atentos a las señales de los tiempos y a discernirlas (Lucas 12,54-56; Mateo 24,32). Es lo que hoy llamamos análisis de coyuntura. A pesar de que hay quienes insisten, erróneamente, en que los evangelios no tienen nada que ver con la política, al inicio de su narración Lucas contextualiza políticamente la misión de Jesús (Lucas 3,1-2).
Nuestra Patria Grande -la América Latina y el Caribe– registra en su historia ciclos de características semejantes en varios países. Si tomamos como base la década de 1960 encontramos un ciclo de dictaduras militares que se prolonga durante la década de 1970 (Brasil, 1964-1985; Paraguay, 1954-1989; Bolivia, 1964-1982; Chile, 1973-1990; Argentina, 1966-1973 y 1976-1983; Uruguay, 1973-1985; Haiti, 1957-1986; etc.).
En la década de 1980 comenzó un ciclo de redemocratización, como el fin de la dictadura de Brasil (1985) y en varios otros países. La década de 1990 estuvo marcada por un ciclo de gobiernos mesiánicos neoliberales y corruptos (Collor en Brasil, 1990-1992; Menem en Argentina, 1989-1999; Fujimori en Perú, 1990-2000; García Meza en Bolivia, 1980-1981; Rafael Caldera en Venezuela, 1969-1974 y 1994-1999; Patricio Aylwin en Chile, 1990-1994; etc.). En la década de 2000 tuvimos un ciclo de gobiernos progresistas (Lula y Dilma en Brasil, 2003-2016; Chávez en Venezuela 2000-2006; Lugo en Paraguay, 2008-2012; Mujica en Uruguay, 2005-2010; Funes en El Salvador, 2009-2014, etc.).
En la década de 2010 volvió el ciclo de gobiernos autoritarios (Bolsonaro en Brasil, 2018-2022; Duque en Colombia, 2018-2022; Giammattei en Guatemala, 2020 ; Hernández en Honduras, 2014-2022; etc.). Ahora, en esta década de 2020, hay un ciclo de resurgimiento de gobiernos progresistas (Lula en Brasil, 2022; Fernández en Argentina, 2019; Boric en Chile, 2022; Petro en Colombia, 2022; etc.).
Es Innegable que al interior de nuestros países se agudizan las contradicciones. Se aprecian, por un lado, señales inquietantes que nos exigen actitudes urgentes y, por el otro, señales de esperanza y liberación.
Agenda Latinoamericana Mundial 2024.