JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO // Croquis lineal del panteón municipal de Zamora y autorización para elegir otro sitio apropiado para un nuevo campo mortuorio

         Pocos años antes de que se inaugurara el Panteón Municipal que hoy todos conocemos, el panteón se encontraba en lo que ahora son las calles de Lerdo de Tejeda, hasta Othón Núñez y las comprendidas, hasta Matamoros, en el populoso barrio de El Carmen.

         Dos décadas antes de que se trasladara a donde ahora existe, el Director del Registro Civil del Gobierno del Estado de Michoacán, solicita un informe pormenorizado de las condiciones que guardaba el anterior panteón, con un croquis lineal del mismo y preguntando si era necesario conseguir otro terreno fuera de la mancha urbana de la ciudad.

         El juez del Registro Civil de nuestra localidad contesta de la siguiente manera:

“C. Jefe director del R. Civil. Morelia.

         Refiriéndome al oficio de usted N° 1740 de 29 de mayo anterior, tengo la honra de informarle lo siguiente:

         El Panteón Municipal de esta ciudad está dividido en tres departamentos, con los siguientes nombres: lugares distinguidos de 1ª, 2ª y 3ª clase; lugares contiguos con igual clasificación, y fosa común.

         Como la última clase, o sea la de “fosa común” en la que se ocupa más, y siendo servicio relativamente, el perímetro para ello demarcado en el panteón, siendo imposible dejar sepultar los cadáveres y no contamos con otro sitio, además ha habido necesidad de dividir con dicha fosa común, una gran parte de los lugares contiguos y algo de las de distinción como se servirá usted ver por el croquis lineal que le remito.

         Debo manifestar a usted que durante la época del suscrito, se ha procurado seguir el orden más uniforme posible dada la naturaleza del terreno y al completo desorden en que se verificaban las inhumaciones, por lo cual no se cuidó nunca de seguir un alineamiento de fosas, sin estilos, ni equidistancias, sino que se formó un verdadero amontonamiento de sepulturas.

         Además debo decir a usted que en ninguna de las clases, es posible hacer cumplir lo dispuesto, supuesto a la profundidad de las fosas, por la naturaleza misma del terreno, se encuentra con agua a los cincuenta centímetros de profundidad.

         Desde que me hice cargo de esta oficina practiqué la primera visita de inspección a la necrópolis de la localidad me percaté de la siguiente necesidad, de preocuparme por la apertura de un nuevo campo mortuorio que reúna consideraciones a propósito, tanto en la solidez del terreno y en su amplitud, como en el mayor alejamiento posible de la ciudad, y en esta vez aprovecho de emitir su afirmación de una manera oficial. Excuso decir a usted que aun cuando en los lugares contiguos, existe un sitio donde hace años fueron sepultados los cadáveres de coléricos, me he propuesto no tocarlos por creer peligroso para la salubridad pública.

         Renuevo a usted, mi atenta consideración y respeto y mi gratitud. Zamora, junio 12 de 1909.

(rúbrica)

Archivo Municipal de Zamora. (“Croquis lineal del panteón municipal de Zamora y autorización para elegir otro sitio apropiado para un nuevo campo mortuorio” (Protocolo, José Segura, Exp. 1. Fs. 5, 1909. Caja 115)

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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