¿Has notado que el jamón adquiere una textura babosa o se cubre con un líquido blanco? Te contamos por qué sucede esto
El jamón es uno de los embutidos más populares en el mundo. Ya sea que se consuma solo, en sándwiches o revuelto con huevo, este producto es fuente importante de proteínas y vitaminas (aunque en menor medida que la carne).
Si lo consumes regularmente, seguro te has encontrado con que adquiere una consistencia viscosa o se cubre por un líquido blanco luego de un par de días. Al verlo, muchas personas dudan sobre su caducidad.
Hoy en Menú te explicamos por qué le sucede esto al jamón y a otras carnes frías.
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¿Por qué el jamón se pone baboso?
La baba que aparece en el jamón es producida por bacterias ácido lácticas que se han formando dentro del paquete. Estas se desarrollan a causa de los carbohidratos presentes en el embutido y la humedad por el almacenamiento, explica el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).
Muchas de las bacterias que se encuentran en la baba del jamón son benignas, como los lactobacilos. Si se consumen en cantidades pequeñas, no causan daños en nuestra salud. No obstante, pueden aportarle un sabor y olor ácido al embutido, arruinando su consumo.
¿Se puede comer el jamón con baba?
Al igual que otras carnes frías, como la mortadela o el salami, ese aspecto viscoso se genera después de abrir el paquete. De acuerdo con los expertos, lo mejor es no consumir dichos alimentos si tienen un aspecto “baboso”.
Ello porque no se tiene la certeza de qué tipo de bacterias se «escondan» en la baba. ¿Qué sucede si enjuagas el jamón para quitarle la viscosidad? Lamentamos decirte que no es la solución, ya que no podrás remover por completo a los microorganismos.
¿Cómo saber si el jamón ya no sirve?
De acuerdo con el portal de carnes frías RR Ibéricos, otros indicadores de que el jamón ya no sirve son:
- Exceso de grasa: Se recomienda no comer el producto si tiene un aspecto aceitoso, ya que puede indicar un problema en su proceso de curación.
- Olor desagradable: Si percibes un aroma rancio, agrio o similar al amoníaco en los embutidos, es una clara señal de que se han echado a perder.
- Manchas de moho: Ya sean negras, verdes o blancos, ante las manchas lo mejor es desechar el producto.
Recuerda que consumir carne en mal estado puede causar enfermedades gastrointestinales o derivar en una intoxicación alimentaria con síntomas como diarrea, vómitos, dolor de cabeza, entre otros.
Para evitar la aparición de la baba, almacena las carnes frías a temperaturas de 0°C a 2°C. No las expongas a temperaturas mayores a los 4°C porque podrías acelerar su proceso de descomposición.