Organismos en defensa de este sector alertan que la pobreza, la precariedad laboral y la eliminación de jornadas ampliadas en las escuelas orillarán a más jóvenes a buscar ingresos
La situación actual de México con inflación, precariedad laboral, eliminación de jornadas ampliadas en las escuelas y el aumento de la pobreza es un caldo de cultivo para que el trabajo infantil se dispare 5%, alertan organismos en defensa de las niñas, niños y adolescentes en nuestro país.
Este domingo, cuando se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, representantes de Save the Children, World Vision y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) señalan que actualmente 3.3 millones de menores entre cinco y 17 años de edad están inmersos en actividades laborales, reciben hasta 70% menos del salario que percibe un adulto, y seguramente muy pronto a esa cifra se le sumarán otros 165 mil.
Destacan que en el país menores de tan sólo cinco años de edad se han visto obligados a incorporarse a la fuerza laboral y, peor aún, más de 529 mil infantes dejaron la escuela en el ciclo escolar 2020-2021 para ayudar a la manutención de sus familias.
Aseguran que el país llega con una gran deuda con ese sector, al no garantizarles condiciones para acceder a la educación ni a que eviten que salgan a las calles para apoyar el sustento familiar, ya que de acuerdo con cifras de la Redim, un millón 128 mil 898 menores consiguen recursos a través de trabajos peligrosos.
Miguel Ramírez Sando, coordinador de Incidencias Políticas sobre temas de Trabajo Infantil de Save the Children, organismo internacional con presencia en 120 países, comenta que a nivel nacional no existen inspectores para vigilar que empresas no tengan mano de obra infantil.
“A nivel nacional son 30 millones de micro, pequeñas y grandes empresas. En las grandes empresas no hay trabajo infantil. No hay inspector que llegue a eso. En 2015 había 880 inspectores, y en 2020 se redujeron a 460 y esto es parte de la política de austeridad que emprendió el actual gobierno”, dice.
Para Ramírez Sando los bajos salarios, el aumento de la pobreza y la inflación son factores que seguirán aumentando el trabajo infantil en México.
“Por todo lo que está sucediendo con nuestra economía, se espera un aumento de 5% en la tasa del trabajo infantil. Es decir, en estos momentos se habla de 3.3 millones de niños y niñas que trabajan, y seguramente muy pronto a esa cifra se le sumarán otros 165 mil. Eso es una estimación relativamente conservadora porque seguramente serán muchísimos más”, dice.
Para Óscar Castillo, director del Programa Campos de Esperanza de World Vision, México llega a este 12 de junio con un gran desafío por el alto incremento del trabajo de menores de edad.
“El trabajo infantil vulnera gravemente los derechos, por lo que se deben establecer medidas efectivas para erradicarlo. Se deben construir consensos para la consolidación de alianzas entre el gobierno, sociedad civil, sector privado y organizaciones de trabajadores para prevenirlo”, refiere.
De acuerdo con World Vision, Oaxaca presenta la mayor tasa de trabajo infantil en el país, con 21.5%. Las principales ocupaciones no permitidas que realizan los menores son actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca, seguido de la minería, construcción e industria.
Destaca que 25.2% de los niños que laboran lo hacen porque necesitan ayudar en la economía familiar; 19.8% por gusto y 17.7% trabaja para aprender un oficio.
Tania Ramírez, directora ejecutiva de Redim, asegura que las niñas, niños y adolescentes que están trabajando provienen de las familias más pobres de México.
“Esto ha conllevado a que la existencia del trabajo de niños y adolescentes en México responda a múltiples aspectos estructurales, principalmente la pobreza, factores que son necesarios atender”, puntualiza.
Considera además que “tenemos que abordar el asunto de la desigualdad social si se quiere erradicar el trabajo infantil. Aunque México se encuentra entre las 15 principales economías del mundo, los sistemas de distribución de esa riqueza siguen siendo tan desiguales, que hay familias que no podrían garantizar el sustento familiar si no fuera también por el trabajo infantil”.
Sostiene también que afecta “todo lo que se ha cerrado en términos de estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, ¿qué van a hacer esos niños sin esas jornadas escolares ampliadas? Tendrán que acompañar al papá o a la mamá al trabajo”.