Francisco Martínez // Sin más límites que su propio beneficio…

A la par que Tucídides y Heródoto, a Jenofonte (431-354 a.C.) se le puede considerar como el tercer gran reportero-historiador del período clásico greco (500 a 323 a.C.). Leer -y traducir- a Jenofonte, siempre claro, fluido, agradable y sencillo en su relato, conduce a recordar el estilo de un gran orador, filósofo y político romano: Cicerón (106-43 a.C.). Aquél, en Anábasis, relato que hace sobre la expedición de diez mil mercenarios griegos que atraviesan el territorio persa para regresar a su patria, acuña el término ‘plutocracia’, de ploutos = riqueza y kratos = poder, para referirse a una oligarquía, conformada por minoría de acaudalados, que se hace del poder para controlarlo y administrarlo en su propio beneficio.

         Plutocracia que, hasta nuestros días, constituye una realidad y una distorsión de la democracia, en cuanto una élite de acaudalados termina ejerciendo un control desproporcionado del poder político que, en esencia y en justicia, al pueblo le pertenece. Lo que no constituye una novedad: así como en los tiempos de Jenofonte, hasta en Inglaterra, antes de 1828, el sufragio sólo era facultad de ciudadanos plutócratas. De hecho, aquí mismo en nuestro México, el sistema democrático no está totalmente en manos de los tres poderes de la Unión, sino en las de gentes como Carlos Slim y compañía.

         No se diga en un país que se presenta como paladín de la democracia en el mundo: Estados Unidos. Hoy por hoy, con el segundo advenimiento de Donald Trump, su equipo de gobierno no lo ha conformado con los más preparados y experimentados, sino por tipos como Elon Musk, director de Eficiencia Gubernamental y el hombre más rico del mundo; por Scott Bessent, Secretario del Tesoro y dueño del Key Square Group y por Chris Right, Secretario de Energía y magnate petrolero, por citar algunos.

         En ese sentido, quienes fueron electos por el pueblo sólo disponen de un nivel limitado de poder, sometidos como están a los imperativos de los plutócratas. Para los primeros, el pueblo es el pretexto y su discurso; para los segundos, aquéllos están para proteger y acrecentar sus intereses. De ahí que a nadie le extrañe que el devenir de muchos países, México entre ellos, se halle condicionado al ordenamiento impuesto por plutócratas cuyos intereses no tienen más límites que su propio beneficio.

Francisco Martínez

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FRANCISCO MARTÍNEZ GARCIÁN

Estudió Filosofía y Teología, en el Seminario Diocesano de Zamora, Historia en la Normal Superior Nueva Galicia de Guadalajara y fundador de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán.

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