En Guerrero hay localidades en las que las Fuerzas Armadas no operan, pues organizaciones criminales controlan a la población bajo la tolerancia de las autoridades municipales
Chilpancingo.— Mientras la clase política del país discute la pertinencia de dejar al Ejército en las calles hasta por 10 años, en Guerrero hay localidades en las que las Fuerzas Armadas no entran.
En los últimos cuatro días, en distintos municipios de la región de la Tierra Caliente de Guerrero quedó de manifiesto el control que ejercen las organizaciones criminales sobre la población y organismos gremiales, y además, la tolerancia de las autoridades locales.
En dos ocasiones movilizaron a pobladores para impedir el arribo de militares, y en otra, autoridades locales y habitantes toleraron un convoy de hombres armados en un desfile cívico.
El sábado, en el municipio de Arcelia, un grupo de presuntos transportistas fue movilizado para bloquear el acceso principal e impedir la entrada de un convoy del Ejército a la localidad.
En un video difundido en redes sociales se ve cómo los transportistas corren a los militares: “¡Vámonos, ya!, ya tuvieron muchas vacaciones, ¡vámonos, ya!”, se escuchan los gritos.
Después los acusaron de robar y golpear a los pobladores. Los soldados se retiraron.
No fue la primera vez. El 28 de julio, transportistas bloquearon todos los accesos para impedir la entrada de unos 300 militares.
Esa vez, informaron las autoridades, los soldados implementarían un operativo para detener a los hermanos Jhonny y José Alfredo Hurtado Oloscoaga, alías El Pez y La Fresa, líderes del grupo delictivo La Familia Michoacana, que tiene en Arcelia su centro de operaciones en la región.
El lunes, ahora en Tlapehuala, a 32 kilómetros de Arcelia, otro grupo, también de supuestos transportistas, volvió a impedir el acceso a los militares.
Soldados instalaron una base de operaciones en el centro de salud de la comunidad de San Juan Minas, cuando unos 100 transportistas bloquearon los accesos y les exigieron que se retiraran.
Los lugareños argumentaron que no permitirían abusos en el pueblo. Los militares se fueron.
Desfilan en Zirándaro
El domingo, hombres armados participaron en la procesión de la mata de maíz, que cada año se realiza en Zirándaro en honor a San Nicolás Tolentino, santo patrono del municipio. El desfile fue encabezado por la alcaldesa morenista Tania Pacheco Duarte.
En redes sociales se difundieron videos y fotografías en los que se ve a hombres con fusiles caminando entre las personas.
También se vieron decenas de camionetas con hombres armados, formando parte de la retaguardia de la procesión, todos vestidos con ropa camuflada y con chalecos antibalas que tenían grabadas las iniciales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Desde hace más de cuatro años se reportó la presencia del CJNG en Zirándaro; incluso, el anterior alcalde, el morenista Gregorio Portillo Mendoza, no pudo terminar su mandato por amenazas de este grupo.
Desde hace más de una década, la Tierra Caliente guerrerense ha estado sometida al crimen organizado. Ante esto, el secretario de Seguridad Pública estatal, Evelio Méndez Gómez, dijo que el problema inició en otras administraciones, y “no se permitirá un vacío de poder”.
Grupo paramilitar embosca a soldados
San Cristóbal de las Casas.— Grupos paramilitares que operan en Chenalhó, emboscaron a militares en un camino cercano a Santa Martha, territorio que disputan Chenalhó y Aldama.
Los militares hacían un recorrido, pero se encontraron con un camino cerrado y se toparon con hombres armados y encapuchados que detuvieron y desarmaron a uno de los soldados, liberado horas más tarde, pero sin su arma.
El lunes, la 31 Zona Militar, en San Cristóbal de las Casas, anunció el despliegue de 217 elementos del Ejército y 61 de la GN para “operaciones focalizadas” en Pantelhó, colindante a Chenalhó.