La declaración del Papa muestra que muchas de las opiniones referidas en platós, comentarios, columnas y artículos acerca de una enemistad o incluso de una forma de castigo «progresista» contra una «organización conservadora» estaban –y están– muy lejos de la realidad y de la mente del Papa.
(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano).- El Papa Francisco concedió una amplia entrevista al diario español ABC. La entrevista fue publicada el domingo 18 de diciembre.
Entre los muchos y variados temas abordados se encuentra también el de su relación con la Prelatura Personal del Opus Dei. El contexto de las dos preguntas son las disposiciones que el Papa ordenó con un Motu proprio hecho público el 22 de julio de 2022. Muy pronto el Prelado del Opus Dei manifestó la obediencia filial de la prelatura y tres meses más tarde se dieron a conocer los primeros pasos tomados por el Opus Dei: el Congresos General Extraordinario. Esos pasos fueron comunicados posteriormente al Papa en una audiencia concedida a Mons. Fernando Ocáriz.
Desde la publicación del Motu proprio del Papa fueron muchas las voces que presentaron el documento como una forma de castigo al Opus Dei. Es el Papa quien ha venido a aclarar personalmente las cosas. Cuando desde ABC le preguntan cómo interpretar los cambios solicitados a la Obra el Papa contesta:
«No es una cuestión sólo del Opus Dei, sino de las prelaturas personales. En el esquema de la Curia, el Opus Dei dependía de la Congregación de Obispos, pero en el Código de Derecho Canónico las prelaturas se encuadran de otro modo, y había que unificar el criterio. Se estudió la cosa y se dijo, «que vaya la prelatura a la Congregación del Clero». Lo hice dialogando con ellos. Además, soy amigo desde la Argentina de Mariano Fazio (vicario general del Opus Dei). Ha sido una cosa serena y normal hecha por canonistas, trabajaron incluso canonistas del Opus en el proceso».
Y al referirle los entrevistadores que la decisión tuvo mucho eco el Papa puntualiza:
«Algunos por una parte decían «¡Por fin el Papa les dio a los del Opus…!» ¡No les di nada! Y otros, de otra parte, decían «¡Ah, el Papa nos invade!». Nada de eso. La medida es una reubicación que había que resolver. No es correcto agigantar la cosa, ni para hacerlos víctimas, ni para hacerlos reos que recibieron castigos. Por favor. Soy muy amigo del Opus Dei, los quiero mucho y trabajan bien en la Iglesia. El bien que hacen es muy grande».
La declaración del Papa muestra que muchas de las opiniones referidas en platós, comentarios, columnas y artículos acerca de una enemistad o incluso de una forma de castigo «progresista» contra una «organización conservadora» estaban –y están– muy lejos de la realidad y de la mente del Papa.