Cuando Marco Villarreal vio que existía una gran oportunidad para fabricar manufactura avanzada en México, no dudó en acercarse a la empresa Hisun U.S.A. para presentar la idea: trasladar parte de la fabricación de sus vehículos todoterreno al país vecino.
Luego de analizar si era un buen negocio, la compañía decidió cruzar la frontera. Hoy tiene dos plantas recién inauguradas en Saltillo, Coahuila, en el noreste mexicano.
Esta empresa estadounidense está vinculada al gigantesco conglomerado chino Hisun, que tiene operaciones alrededor del mundo.
Dada esa conexión con la multinacional, Hisun U.S.A., terminó trasladando a México la fabricación de algunos de los productos que antes venían de Asia.
«La idea es que desde México se pueda abastecer la mayor parte del mercado americano», dice Marco Villarreal, director general de la firma en México.
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«La fabricación de los todoterreno la hacemos desde cero en México», cuenta, y solo «los componentes se importan desde Asia».
El empresario, que conoce bien el sector después de haber trabajado varios años en empresas globales como General Motors y Caterpillar, cree que la tendencia de relocalización de fábricas desde otros mercados a México seguirá creciendo.
«Las oportunidades están aquí y hay que aprovecharlas», dice Villarreal a BBC Mundo.
¿Qué es el «nearshoring»?
Hisun es una de las grandes firmas que han apostado por el «nearshoring», la expresión en inglés usada para referirse a la estrategia de las empresas para fabricar más cerca del mercado donde venden sus productos.
Si décadas atrás la tendencia fue el «offshoring» (llevarse las fábricas a China para producir más barato), ahora la tendencia es el regreso hacia zonas geográficas más cercanas.
En este caso, las firmas globales -y especialmente las asiáticas- han estado buscando una mejor puerta de entrada al mayor mercado del mundo: Estados Unidos.
Y la llave de esa puerta la tiene México.
«La gran mayoría de las empresas está agregando nuevas líneas de producción en México para diversificarse desde Asia», dice a BBC Mundo Carlos Capistran, economista de Bank of America.
La manufactura en el norte y centro del país ha aumentado, el empleo en esa zona está muy por encima de los niveles previos a la pandemia y los salarios también están subiendo, en comparación a otras zonas del país, explica el experto.
Incluso, agrega, hay escasez de espacio industrial en algunos centros manufactureros.
El crecimiento de los parques industriales
Así lo confirma la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP).
«Hay más interés de empresas extranjeras que quieren venir a México, especialmente asiáticas», cuenta Claudia Esteves, directora ejecutiva de la organización.
«Queda poco espacio disponible para rentar en los parques industriales».
Según datos de la organización gremial, solo en el último año comenzó la construcción de 47 nuevos parques industriales en el país y las estimaciones apuntan a que el nearshoring generará aproximadamente US$30.000 millones en México en 2022.
«Se está rentando espacio industrial cuando apenas están construyendo. Eso antes nunca pasaba«, cuenta Pablo Monsivais, analista del banco Barclays.
La secretaría de Economía informó recientemente que en 2022 la inversión extranjera directa en México aumentó un 12% en comparación con el año anterior.
El dato clave es que de toda esa inversión, el 48% es nueva. «Eso te muestra que el nearshoring es una realidad», agrega Monsivais.
El liderazgo en 2022 lo llevó el sector manufacturero con la fabricación de automóviles y camiones, componentes electrónicos y autopartes.
El impacto en la industria automotriz
Hace unos días el fabricante de autos alemán BMW anunció una inversión de US$870 millones en los próximos tres años, la mayor parte destinada a la construcción de un centro de producción de baterías eléctricas en su planta de San Luis Potosí.
Y es que uno de los sectores que está liderando el nearshoring es el automotriz.
«Estamos viendo cómo avanza la relocalización», comenta en diálogo con BBC Mundo Francisco González, presidente de la Industria Nacional de Autopartes, INA.
Solo en el último año, explica, trasladaron sus operaciones de manufactura a México cerca de 70 plantas del sector automotriz.
Mientras algunas de aquellas plantas ya están funcionando, agrega, otras están a punto de entrar en operaciones.
González asegura que hay compañías españolas, suizas, alemanas, estadounidenses y de otras partes del mundo que, en muchos casos, continúan funcionando en la región asiática, pero al mismo tiempo, están relocalizando o ampliando su manufactura en México para vender en el mercado de EE.UU.
«Hay transnacionales del sector automotriz que tenían toda su manufactura en China, Malasia, India y Vietnam y ahora se están estableciendo en territorio mexicano».
Y entre las nuevas tendencias está el avance de la manufactura de autos eléctricos y baterías eléctricas que se está abriendo paso rápidamente en México.
¿Por qué las firmas están relocalizando o ampliando en México?
México se ha vuelto más atractivo para instalar la manufactura proveniente de Asia por la cercanía geográfica con EE.UU., el costo de la mano de obra, la guerra comercial entre Washington y Pekín, y las ventajas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), que entró en vigencia en 2020.
Cuando el expresidente de Estados Unidos Donald Trump le impuso aranceles de hasta 25% a las importaciones provenientes de China en 2018, muchas empresas buscaron la manera de reemplazar el «Made in China» por el «Made in Mexico».
¿Por qué voy a pagar 25% en impuestos para entrar al mercado estadounidense si puedo fabricar en México y exportar mis productos desde ese país sin pagar aranceles?, se preguntaron muchas firmas extranjeras que tenían concentrada toda su manufactura en el gigante asiático.
El T-MEC, por su parte, facilitó el flujo de productos entre México, Canadá y Estados Unidos, mientras que con la pandemia de covid-19, las cadenas de suministro se interrumpieron generando un gigantesco aumento del costo del transporte marítimo y el tiempo de espera para recibir los productos desde China.
Mientras, la Casa Blanca declaró en 2021 como una «prioridad de seguridad nacional» garantizar la disponibilidad de productos estratégicos y la resiliencia general de su cadena de suministro, otro punto a favor de México.
A todo este panorama se sumó en febrero de 2022 la invasión de Rusia en Ucrania, un conflicto que dejó en evidencia el peligro de depender de proveedores energéticos que pueden utilizar el comercio como arma política.
Alan Russell, cofundador y director ejecutivo de Tecma, una firma que lleva 36 años relocalizando manufactura de grandes empresas en México, dice que sus clientes ya no están dispuestos a depender de las cadenas de suministro provenientes de China para vender en el mercado estadounidense.
«Las empresas no seguirán aceptando la excusa de que el contenedor no ha llegado, que el contenedor está perdido o que hay un puerto en China cerrado».
Por otro lado, las empresas que manufacturan en Estados Unidos tienen escasez de trabajadores, mientras que en México existe una fuerza laboral abundante y de bajo costo en comparación con los salarios que se pagan en el mercado laboral estadounidense, argumenta Russell.
Aunque la relocalización de fábricas lleva varios años, «el aumento récord de la migración de manufactura hacia México comenzó después de la pandemia», apunta el empresario.
Hofusan: el desembarco de las empresas chinas
César Santos ha sido testigo de todos estos cambios desde que en 2015 hizo una alianza comercial con dos grupos empresariales chinos, Holley Group y Futong Group, para construir un gigantesco parque industrial.
Emplazado en unterreno de 850 hectáreas en Monterrey, a 220 kilómetros de Texas, en la frontera con Estados Unidos, el parque fue llamado Hofusan y a partir de 2018 comenzaron a rentar espacios a empresas chinas interesadas en el nearshoring para fabricar sus productos más cerca del mercado estadounidense.
El Parque industrial Hofusan alberga a empresan chinas que se relocalizaron en México.
Actualmente operan 21 compañías y Santos dice que están en negociaciones con empresas estadounidenses e italianas para que trasladen su manufactura.
«Es un boom industrial», afirma en diálogo con BBC Mundo Santos. «Vendimos la primera etapa y ahora estamos en la segunda».
Entre las razones del nearshoring a México, dice el empresario, es que tanto la tierra como la mano de obra tienen un costo accesible para las empresas asiáticas, dado que los salarios han subido en China.
Y desde que Estados Unidos le impuso aranceles a los productos chinos, el interés ha crecido rápidamente.
En el parque industrial Hofusan se han instalado empresas como la multinacional electrónica Hisense, las de muebles Kuka Home y Sunon Furniture, el fabricante de autopartes Hangzhou XZB o el fabricante de equipos de jardinería Skyish.
Según un estudio de la firma internacional CBRE Research, la demanda por relocalización de fábricas en México entre enero y septiembre del año pasado vino principalmente de China, seguido por Estados Unidos, Japón, Alemania y Corea del Sur.
Qué efectos ha generado el «nearshoring»
Hasta ahora, el gobierno mexicano no cuenta con una radiografía a nivel nacional sobre la magnitud y los efectos del nearshoring en el país.
No hay datos oficiales sobre el monto de inversiones, ni el número de empresas que se han relocalizado, ni el impacto que ha tenido en el crecimiento económico o la generación de empleo.
Lo que está disponible es la información parcial que maneja cada estado y los diferentes gremios empresariales.
BBC Mundo solicitó una entrevista a través de la Secretaría de Economía, pero no recibió respuesta.
Lo que se ha dado a conocer desde hace unos seis meses es que el gobierno tendría una lista de compañías con planes de relocalizar su manufactura en México.
Hace unos días lo volvió a repetir el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard: «Tenemos 400 empresas en lista que vienen a México».
Pero no entregó detalles.
A nivel diplomático, los gobiernos de México, Canadá y EEUU. declararon durante la Cumbre de Líderes de América del Norte en enero su intención de coordinar las inversiones en la fabricación de semiconductores, un tema clave en la agenda del presidente Joe Biden.
Obstáculos en México
Tanto para las grandes empresas como para las medianas, uno de los mayores obstáculos para instalar su manufactura en México es la falta de energía que permita asegurar sus operaciones.
Mientras el país no garantice los servicios básicos a las empresas que son intensivas en consumo energético, las inversiones tardarán más tiempo en concretarse.
«Un aumento en la capacidad de generación de electricidad y la modernización de la infraestructura de transmisión y distribución son solo los primeros pasos para convertir a México en un receptor factible en este proceso de nearshoring«, señala a BBC Mundo Diego López, economista de BBVA Research.
En ciertas zonas ha habido problemas de escasez de agua que afectan a las comunidades que viven alrededor de los polos industriales, otro desafío que puede transformarse en un gran obstáculo para el desarrollo de los negocios.
«México es un destino cada vez más popular para las empresas americanas, pero a muchos clientes les preocupa el tema energético», dice a BBC Mundo Jorge González, jefe de Desarrollo de Negocios y co-director ejecutivo de la empresa The Nearshore Company, en Brownsville, Texas.
El debate ha llegado a los más altos niveles de gobierno.
En julio de 2022, Estados Unidos solicitó consultas con México bajo el capítulo de Solución de Controversias del T-MEC, argumentando que varias políticas energéticas de México violan el acuerdo, favorecen a las empresas públicas mexicanas y afectan negativamente a las firmas estadounidenses.
Otro de los desafíos que enfrentan las empresas es el tema de la seguridad, dado el poder que tienen las organizaciones criminales en determinadas zonas del país.
Y desde un punto de vista comercial, tampoco es fácil para una empresa conseguir todas las piezas requeridas para fabricar el producto final, lo que explica por qué muchas firmas tienen que seguir importando partes y componentes desde Asia.
«Los mexicanos no han hecho un buen trabajo para fabricar los componentes que importan desde China, especialmente los componentes electrónicos», argumenta Harry Moser, presidente de la organización Reshoring Initiative que promueve el regreso de la manufactura a Estados Unidos.
Pese a los inconvenientes, muchos inversores y empresarios siguen confiados en que el nearshoring a México no será una tendencia pasajera.
«La migración de manufactura va a continuar. Están construyendo espacios industriales tan rápido como pueden», dice Russell.
De eso está plenamente convencido Marco Villarreal, quien ha tenido una buena experiencia con la relocalización de manufactura de Hisun en México.
«El nearshoring es una ola muy grande que seguirá creciendo».