Las relaciones entre los países de América Latina, a diferencia de las de los países europeos, una y otra vez y hasta la saciedad, aparecen y permanecen torpes, erráticas y absurdamente ideologizadas. Sirva como ejemplo el actual conflicto entre Ecuador y México que condujo al rompimiento de sus relaciones.
No así veintisiete países europeos, independientes y soberanos, con historias disímiles e idiomas diferentes, que en 1993 tuvieron la inteligencia de ponerse de acuerdo para conformar la Unión Europea (tratado de Maastricht). Suman un área de 4 237 473 km2 con más de 448 millones de habitantes. En tanto, veinte países del continente americano, entre los que se encuentra el nuestro, con más de 20 000 000 de km2 y hasta 667 millones de habitantes, no han podido, ni querido, formar una patria grande y común que dispare sus fortalezas y atempere sus deficiencias.
A diferencia de los latinoamericanos, que se rascan cada quién por su lado, los de la Unión Europea ejercen una soberanía común o compartida. Mas no sólo eso. Han conseguido legislar una política de investigación y desarrollo que les permite fortalecer sus bases científicas y tecnológicas de modo que les permita incrementar su competitividad. Cuentan, además, con una estricta legislación medioambiental para luchar contra el cambio climático, reducir la contaminación, mantener la biodiversidad y utilizar racionalmente sus recursos naturales, a fuer de que, en vez de luchar los unos contra los otros, se defienden en común.
Por su parte, América Latina, a pesar de ser una región geográfica formada por países en los que (además de las de los pueblos originarios) predominan las lenguas romances y de conformar un bloque cultural mestizo y de católica idiosincrasia (a diferencia de los anglosajones del norte, protestantes y con escaso o nulo mestizaje), no ha pasado de tentalear de intermitente manera algunos atisbos de unidad.
¡Para dar pena el que en sus gobernantes impere la ideologización, de manera tal que se obnubilen ante los mucho que sus países: cultura, cosmovisión, fe, idiosincrasia, recursos naturales… y necesidades, obstaculizando la conformación de un bloque a la manera de los europeos!