El llamado de advertencia que desde hace mucho se ha hecho sobre la contaminación del Lago de Chapala, en base a numerosos estudios e investigaciones académicas, sigue vigente y es cada vez más preocupante. Desafortunadamente, nada ni nadie parece detener, y mucho menos solucionar este criminal atentado a la salud de la población. Y, como siempre, la industria, la agricultura y las viviendas continúan siendo las principales contaminadoras. Nada es catastrófico todavía, pero sí preocupante por los efectos del cambio climático, otros factores y, desde luego, los diversos tipos de contaminantes que día a día se acumulan en el otrora “romántico” Lago de Chapala. Alguien debe cuidarlo antes de que el daño sea irreversible…